
De nuevo tenemos a Cronenberg en nuestras pantallas. Y esta vez es increíble. Bueno, en realidad, tampoco soy de los de la opinión de que sus dos últimas películas son las mejores de su filmografía. Este canadiense del 43 lleva haciendo películas desde el 66. Ya seria bueno que las dos mejores fueran sus dos últimas.
Pero si es cierto que como a menudo resulta con David Cronenberg, esta vez tampoco decepciona.
Vuelve a contar con Viggo Mortensen como “capitán” de la historia. Y lo digo así por que no creo que se pueda decir que es el protagonista. La historia es un triangulo donde tres hilos argumentales se cruzan entre ellos, y cada uno de ellos se sostiene por si solo y a la vez necesita de los otros.
Resumiendo (sin spoilers); el argumento de “Promesas del Este” gira en torno a tres personajes, Anna Khitrova, una enfermera que trabaja en maternidad de un hospital en Londres, Nikolai Luzhin, el chofer de una familia mafiosa y Semyon, el patriarca de la familia. Una adolescente indocumentada que muere tras dar a luz en el hospital de Anna, deja como único rastro para identificarla, un diario. Anna quiere descubrir lo ocurrido a la joven, pase lo que pase, y que la familia de ella se encargue de la recién nacida. Sin embargo, lo escrito en el diario perjudica a la familia para la que trabaja Nikolai. Y ahí se cruzaran las historias de los tres personajes.

A decir verdad, y viendo la sinopsis de la película, uno que no la haya visto, le parecerá tópica y previsible. No anda muy lejos la verdad. Pero si hay que decir que, al igual que “Una historia de violencia”, esa simplicidad de relato es lo que permite a los actores enriquecer a sus personajes y hacerlos grandes. Nikolai (Viggo) es un hombre de pocas palabras; su mirada es muchas veces más reveladora.
Es la cotidiana y tranquila Naomi Watts (Anna Khitrova), las conversaciones amables de Semyon (Armin Mueller-Stahly) y lo “normal” que resulta todo en la película (labor de Cronenberg) que hasta los momentos violentos (no perderse los baños) nos parecen completamente justificados. Es algo que forma parte de la rutina de los personajes.
Y hablando de personajes, y con esto termino, dejadme que os hable de los secundarios. Vincent Cassel (Kirill) parece ansioso por parecer protagonista (quizá un poco sobreactuado el personaje), pero no incomoda su actuación. Y Armin Mueller-Stahly que nos recuerda al abuelo bonachón de un amigo. Su actuación es impecable.
Conclusión: Si os esperáis al estreno en DVD nadie lo lamentara. Pero eso si; hay que verla.





