
Que de ganas tendrían Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña de ver acabado este primer largometraje que estoy seguro y me aventuro a decir que les ha valido sudores y lagrimas. Un proyecto humilde y de (entre comillas) ajustado presupuesto, pero, eso si, bonito.
Es cierto que quizá se apoyaron en un inicio muy potente y en una estética que embellece todos los planos. Las localizaciones son tan tristes y desoladoras que parecen fabricadas (sobretodo ese campanario asomando en medio del lago, que podéis encontrar en Sau, Barcelona) y la famosa habitación de Fermat que es, creo, el protagonista de verdad en la película. Porque, y no quiero herir a nadie, quizá es ese el problema que no supieron resolver los “chavales”. Llega a ser tan espectacular el mecanismo y la claustrofobia de esas cuatro paredes que se nos quedan pequeños los personajes.
Hay tantas brechas abiertas acerca del pasado de los cuatro “matemáticos” que (por lo menos a mi me pasó) sales de la sala lleno de preguntas. “¿Quién es ella en realidad?” “¿Y Fermat?” No seguiré por temor al spoiler. Y puede que no sean solo las brechas en el guión, las interpretaciones de los actores no terminan de estar a la medida de su personaje. Me explico; Lluís Homar es un hombre de tablas, de teatro, y solemos ver interpretaciones muy dramáticas por su parte. Aquí en Fermat podría haber lucido un personaje con porte de rey y le quedo un bufón. Alejo Saura parece no quitarse la televisión de encima y en ocasiones sobre-actúa el llanto o la decepción. Elena Ballesteros me pareció inapropiada para el personaje (insisto que es una opinión) con ello no digo que no lo haga convincente (…) es quizá que alguna actriz con más carácter y menos candidez habría convencido más. Y Santi Millán (ay! Santi) no tengo muy claro cuales fueron las directrices que le dieron para crear su personaje, pero parece que anda sobre arenas movedizas durante toda la película, con ello me refiero a que no parece seguro. Se tambalea y polariza mucho su interpretación, igual grita nervioso que se relaja y habla en susurros. Federico Luppi me dejó sin palabras (una vez más). Su inquietante mirada y esa sarcástica sonrisa por debajo la nariz hace de su personaje un auténtico enigma.

Aún así, Piedrahita y Sopeña consiguen no dejarnos mal sabor de boca. Quizá porque los personajes (tan criticables) son lo de menos en esta historia. En la habitación es donde reside la trama, y sobretodo en los divertidos y estimulantes acertijos que se plantean durante el transcurso de la historia, que de alguna manera hacen que el espectador también se lance a pensar en la respuesta mientras la claustrofobia y la tensión “asfixian” el ambiente de la sala.
Y respecto a las lagunas de los personajes, algunas de ellas las explican (a medias) ellos mismos. Aunque (aprovechando que solo son 90 minutos de metraje) podrían haberse ahorrado dialogo pastoso y por montaje desvelarnos poco a poco cada una de esas tramas. (Serán esas imágenes descartadas que aparecen en los extras del DVD).
Pero no seamos Torquemada, hay que entender que en una opera prima se experimente y se aventure. Si Fermat ha sido un esbozo del proximo proyecto, el tándem de “Nada por aquí” puede dar mucho que hablar. La nueva generación ya está aquí.
Lo mejor: La labor del departamento de Arte y los acertijos.
Lo peor: Alejo Sauras.
2 comentarios:
Aún no he visto la película, pero la verdad es que no me extraña que Alejo Sauras no salga bien parado en la crítica; la verdad es que nunca me ha parecido un buen actor.
En cuanto a la película, por lo que decís, no me queda claro si vale la pena ir a verla. Supongo que la idea del film es buena, sólo que hay una descompensación entre desarrollo de personajes y de ambiente (quedando la habitación como protagonista). ¿Es eso lo que explicáis en el comentario?
En fin, tendré que ir a verla, porque un poco de experimentación siempre está bien, y hay que apoyar al nuevo cine español...sobre todo cuando se quiere formar parte de él!!
Hombre... lo de ir a verla, como tu dices, todo sea por experimentar. La idea es buena, si, pero el desarrollo de personajes flojea, y eso pesa. Que le vamos a hacer, seguro que a la proxima les sale mejor la jugada.
Aun asi, no esta mal.
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